Mi historia con el agua en Figurella
Si soy sincera, mi relación con el agua no siempre fue la mejor. Antes la veía como algo aburrido, sin sabor, sin chiste. Siempre prefería un jugo, algo “más emocionante”. Pero desde hace un tiempo todo cambió, y hoy puedo decir que el agua y yo somos inseparables. Tanto así que hasta en el trabajo y en Figurella me relajan porque siempre ando con mi botella gigante… básicamente un “botellón” ambulante 😂.
El cambio llegó poco a poco, y el Water Challenge en Figurella terminó de sellar esa relación. Me motivó a no solo tomar más agua, sino a disfrutarla, a verla como un aliado.
💧 El agua, mi partner in crime
Hoy en día, esa botella llena de agua es mi mejor compañía. La tomo luego de mi entrenamiento en el módulo térmico, en el cardio, y también mientras hablo y me río con las chicas de Figurella. Porque la verdad es que el agua es el complemento perfecto para todo lo que hacemos ahí.
- Me da energía para seguir el ritmo.
- Me ayuda a que el cuerpo funcione mejor.
- Y lo mejor: me hace sentir ligera, fresca y en sintonía conmigo misma.
Es como el dúo dinámico: ejercicios + agua. Uno no existe sin el otro.
Figurella y la importancia de los hábitos completos
Algo que amo de Figurella es que no solo se preocupan por el entrenamiento, sino por el proceso completo de bienestar. Siempre nos están motivando a mantenernos hidratadas, a ver el agua como parte esencial de un estilo de vida saludable, y a sumar hábitos que realmente cambian la forma en que nos sentimos.
Porque aquí no se trata solo de moldear el cuerpo, sino de cuidarlo desde adentro hacia afuera. Y créanme, cuando empiezas a ver el agua así, ya no parece aburrida… se convierte en tu mejor inversión diaria.
Mi conclusión del Water Challenge 🌟
Hoy me río pensando en que antes el agua me parecía “meh”. Ahora, en cambio, me acompaña a todas partes y me hace sentir increíble. Gracias a Figurella aprendí que los cambios pequeños se convierten en grandes victorias cuando los haces con intención.
Así que sí, el agua es mi fiel amiga y ya no me imagino mi vida sin ella. Y si me ves con mi “botellón” gigante, ya sabes por qué: estoy eligiendo sentirme bien, hidratarme y seguir disfrutando de este camino hacia mi mejor versión.